Las etiquetas energéticas de los electrodomésticos tienen un ámbito de aplicación europeo y constituyen una herramienta informativa al servicio de los compradores de aparatos consumidores de electricidad. Tienen que estar obligatoriamente en cada electrodoméstico puesto a la venta.
Los tipos de electrodomésticos que tienen establecido el etiquetado energético son:
- frigoríficos y congeladores.
- lavadoras.
- lavavajillas.
- secadoras.
- lavadoras-secadoras.
- lámparas domésticas.
- horno eléctrico.
- aire acondicionado.
La etiqueta energética permite al consumidor conocer de forma rápida la eficiencia energética de un electrodoméstico.
Las etiquetas tienen una parte común, que hace referencia a la marca, denominación del aparato y clase de eficiencia energética; y otra parte variable de unos electrodomésticos a otros, y que hace referencia a otras características, según su funcionalidad: por ejemplo, la capacidad de congelación para frigoríficos o el consumo de agua para lavadoras.
Existen 7 clases de eficiencia identificadas por un código de colores y letras que van desde el color verde y la letra A para los equipos más eficientes, hasta el color rojo y la letra G para los equipos menos eficientes. En los próximos años, esta escala crecerá hacia arriba con A+, A++ y A+++, haciendo desaparecer las clases inferiores.
Según la legislación vigente, es obligatorio para el vendedor exhibir la etiqueta de cada modelo de electrodoméstico, así como es obligatorio para el fabricante facilitar al vendedor los valores que evalúan un modelo de electrodoméstico con etiqueta energética.