Esta guía recoge los consejos ofrecidos por la revista online Eroski Consumer en su sección de economía doméstica sobre qué debe hacerse en caso de robo en nuestro domicilio, siendo las principales pautas a seguir, no tocar nada, llamar a la policía, formalizar la denuncia y dar aviso al seguro y al banco.
No entrar en la vivienda
Cuando, al llegar al domicilio, la puerta de la casa está abierta, la cerradura aparece forzada o hay una ventana rota, se debe evitar entrar en él. Si se intuye que los ladrones permanecen aún en la vivienda, hay que salir de allí cuanto antes y llamar a la policía. Para evitar correr riesgos innecesarios, si se sorprende a los ladrones en pleno robo, se desaconseja el enfrentamiento directo con ellos. En estos casos, lo mejor es colaborar con los ladrones.
Llamar a la policía
Cuanto antes se telefonee a la Policía Nacional (teléfono 091), a la Guardia Civil (teléfono 062) o a Emergencias (112), antes podrá resolverse el delito. Una vez que las fuerzas de seguridad han llegado al domicilio, hay que transmitirles cualquier información, por insignificante que parezca, que pueda servir para esclarecer el suceso.
No tocar nada
Hay que evitar acceder dentro de la vivienda hasta que lleguen los cuerpos policiales, ya que se pueden destruir pistas. Lo mejor es no tocar ningún objeto cuando se descubre el robo y dejar todo como estaba para facilitar el trabajo de investigación policial y al equipo científico, que buscará huellas de los ladrones. Lo más conveniente es que la casa esté tal y como la dejó el ladrón, para así evitar entorpecer la investigación del robo y para no borrar las posibles pistas que el caco haya podido dejar.
Hacer inventario de los objetos robados
Una vez que las fuerzas de seguridad permiten el libre acceso a la casa, hay que examinar cada habitación, además de hacer una lista lo más completa posible con todo lo que ha sido robado o dañado. Si se dispone de facturas o documentos que acrediten los objetos robados, hay que incluirlos también, pues serán de gran utilidad para las compañías de seguros. Este inventario de objetos que se echan en falta, junto con una estimación de su valor, complementará a la denuncia que hay que presentar ante la Policía.
El robo de los pasaportes o de los carnés debe ponerse en conocimiento de la policía lo antes posible.
Formalizar una denuncia
Dentro de las 72 horas siguientes al robo, se tiene que acudir a una comisaría de policía para interponer una denuncia. En ella hay que hacer constar cuál es la compañía con la que se tiene contratado el seguro de hogar e indicar, de forma detallada, los daños que ha sufrido la vivienda, los objetos desaparecidos, etc. Además, se debe solicitar una copia de la denuncia para presentarla después a la compañía de seguros, como prueba de lo sucedido. La denuncia es un documento imprescindible que las aseguradoras exigen para proceder a peritar los daños.
Con el fin de poder localizar lo robado, es indispensable adjuntar a la denuncia los tiques de compra, fotografías o las descripciones de los objetos sustraídos. Aunque recuperar lo robado es difícil, si se aporta esta serie de datos será mucho más fácil para los cuerpos policiales seguir el rastro de los objetos. Si, en un primer momento, no se han podido aportar todos los datos, la documentación o algún detalle de interés, se puede ampliar la denuncia unos días más tarde.
Informar a la entidad bancaria
Las tarjetas de crédito son uno de los objetos más buscados por los ladrones, según acreditan los expertos en seguridad. Si se echa en falta alguna tarjeta de crédito o un talonario de cheques, se debe avisar con premura al banco, para que haga las anulaciones pertinentes. Si, además, los ladrones se han llevado el ordenador, discos, memorias USB o cualquier otro soporte digital o electrónico que pudiera contener información relevante sobre datos financieros, hay que comunícarselo de igual forma a la entidad para que anule las contraseñas y los accesos a la banca on line.
Dar aviso a la compañía aseguradora
Cuando se tiene contratado un seguro del hogar, conviene ponerse en contacto lo antes posible con la compañía aseguradora y cursar la reclamación correspondiente. Hecho esto, el perito de la compañía se personará en el domicilio para hacer un reconocimiento y evaluar los desperfectos. Hay que tener a mano la lista de objetos robados, con las facturas y documentos acreditativos. Según el seguro que se tenga contratado, lo habitual es que se pueda reclamar sobre los objetos robados o dañados (el contenido) y sobre los daños en la propia vivienda, como ventanas rotas, puertas forzadas, etc. (el continente).
En cualquier caso, para poder reclamar los bienes robados a la aseguradora, hay que presentar los documentos que los acrediten como tales. Por lo general, basta con aportar un recibo o la garantía del artículo.
Revisar el seguro del hogar
Tras un robo, siempre es conveniente valorar las coberturas que ofrece el seguroc ontratado y revisar si son suficientes o si se está dispuesto a pagar algo más por un mayor grado de garantía. En caso de que en el seguro estén declarados objetos de valor (joyas o cuadros), solo se puede recuperar el valor de lo sustraído hasta el límite establecido en la póliza.
Siempre que se contrata un seguro del hogar hay que saber que:
Los objetos de gran valor, como joyas, cuadros o aparatos electrónicos de calidad, tienen que declararse de forma individual en el contrato de la póliza. De lo contrario, la compañía no se hará cargo de la indemnización, en caso de robo.
Por otra parte, la mayoría de las empresas de seguros ponen, a menudo, limitaciones ante ciertas situaciones de robo, pues no suelen cubrir los objetos sustraídos en terrazas, trasteros, jardines o espacios abiertos, aunque pertenezcan a la vivienda.
Asimismo, hay que tener en cuenta que, si en el momento del robo las alarmas o los otros sistemas de seguridad de que disponía el domicilio estaban desconectados, no es habitual que la compañía aseguradora cubra el valor de los objetos sustraídos.
Proteger de nuevo la vivienda
Después del robo se debe reparar de inmediato las puertas y ventanas rotas o forzadas de la vivienda. Además de cambiar la cerradura, se puede aprovechar para examinar y reforzar los mecanismos de seguridad que tiene el domicilio. Así, es aconsejable instalar una puerta blindada, conectar un sistema de alarma, colocar unas rejas en las ventanas, etc. para evitar, en la medida de lo posible, que se produzca de nuevo este tipo de incidentes en la casa.